I — Orígenes
Las semillas de un diálogo con Egipto
Desde hace más de veinticinco años estudio e investigo la civilización del Antiguo Egipto: asisto a conferencias, visito museos en Estados Unidos y Europa, y tiendo puentes con reconocidos egiptólogos cuya sabiduría y generosidad ampliaron mi visión y refinaron mi criterio estético y espiritual. Lo que empezó como fascinación de artista se convirtió en un diálogo vital con la geometría del sentido, la reverencia por el cosmos y la profunda comprensión de la armonía y la proporción.
Además, mi vínculo con Egipto no nació de una curiosidad turística, sino de una certeza silenciosa: los símbolos, ritmos y silencios de esa tierra ya vivían dentro de mi obra.
II — Resonancia
Expresionismo cósmico y alma egipcia
En 2009, la Embajada de la República Árabe de Egipto en Montevideo abrió sus puertas a mis pinturas, gracias a la generosidad y visión cultural de S.E. Embajador Mohamed Amin Taha Abou El-Dahab, con el apoyo del Cónsul Hadad El-Goddary. Aquella primera exposición no presentó solo lienzos: propició un diálogo entre mi lenguaje expresionista y la memoria profunda de una civilización que talló el tiempo en piedra, la luz en geometría y el cosmos en una gramática de eternidad.
En 2013, S.E. Embajador Sami Mahmoud Ali Salem recibió una segunda exposición en la misma Embajada. Allí, entre artistas y amigos, la conversación maduró. Mis pinceladas —cargadas de metáforas astronómicas y claroscuro de paisajes interiores— encontraron nuevas resonancias en los mitos de Isis y Osiris, en la arquitectura sagrada del equilibrio y en la paciencia matemática de estrellas que respiran durante milenios.
Lo que llamo Expresionismo Cósmico se acercó al caudal paciente del Nilo: un movimiento a la vez terrestre y celeste, cercano e inconmensurable. El viaje cristalizó finalmente en 2019, durante mi primera visita a Egipto. Al caminar por el bosque nocturno de piedra de Luxor, contemplar el silencio luminoso de Guiza y sentir cómo el Egipto de hoy porta —con orgullo y ternura— la herencia de sus ancestros, comprendí que mi obra no buscaba imitar formas, sino escuchar una vibración ética y espiritual: la dignidad del oficio, la claridad del propósito y la responsabilidad de la belleza.
III — Horizonte
Rumbo a la AMA Egypt Expedition 2027
De ese encuentro surgieron nuevas obras y una convicción renovada: el arte aún puede ser un puente donde se encuentran ciencia, mito y afecto humano. Esta página reúne esos momentos —ecos diplomáticos y revelaciones personales— para que coleccionistas, curadores y amigos sigan el hilo que conecta mi taller con el alma egipcia.
Es un homenaje a los embajadores y equipos culturales que creyeron en el diálogo; a los públicos que prestaron su mirada; y al propio Egipto —un país que enseña, cada día, que la luz es una disciplina, que el misterio es un método y que el camino a las estrellas suele empezar honrando la tierra bajo nuestros pies.
De cara al futuro, espero sellar este capítulo con un broche dorado en el próximo gran hito: el eclipse total de Sol del 2 de agosto de 2027, en Luxor. Para ello organizo la AMA (Astronomy + Mythology + Art) Egypt Expedition 2027 —la unión magistral de mis pasiones de toda la vida: la Astronomía (¡un eclipse total del Sol!), la Civilización y Cultura del Antiguo Egipto (¡en Luxor!) y el Arte. Será la oportunidad de presentar al mundo mis 42 obras de la primera serie Sueño de una Noche en Giza —realizadas entre 2002 y 2019— al acercarse su 25.º aniversario (en 2027), junto con mi eBook y libro en tapa dura El Legado de Neferu (ya disponible en Amazon Kindle).
Que esta convergencia de ciencia, herencia y pintura ilumine el camino y honre el vínculo que mantengo con Egipto y su gente hoy…